Malditas deudas

Si bien los conciertos en México y en el mundo se están cotizando con base en la oferta y la demanda, parece que estamos alcanzando el límite de lo inimaginable en cuanto al valor de los boletos se refiere.

Y tal parece que los empresarios de espectáculos, mejor están tratando de normalizar pagar un boleto de más de 9000 pesos que en hacer algo en favor de las audiencias. Sin reparar en que quien se está descapitalizando es más la clase media, que quienes gozan de una mejor posición.

No hay que ser adivino para saber que estos excesos comenzarán a cobrar factura en muy poco tiempo, la cartera vencida puede ser un detonante cuando el consumidor comience a ver que su deuda por conciertos es más apabullante y comparable como comprar hasta 4 pantallas de cincuenta pulgadas a lo largo del año.

Ahora  bien, no todo es responsabilidad de los promotores pues son las mismas estrellas las que están marcando los precios excesivos para sus presentaciones. En este espacio explicábamos el caso de Luis Miguel, quien se dejó pedir un dineral por la gira, colcándose como uno de los conciertos más caros en la industria del espectáculo y en el que un boleto super los cinco mil dólares en Estados Unidos. Provocando, por los costos a dar el concierto más impactante de su vida.

Un indicador de que los empresarios deben hacer ofertas “generosas” se dio la semana pasada en Las Vegas, dónde ya comenzaron a sentir esta crisis y para ello hubo una venta llamada “Concert week” en la que pusieron en 25 USD (500 pesos promedio) boletos para los conciertos de las fiestas patrias de Matute, Gloria Trevi, Ángeles Azules, Marco Antonio Solis, el mismísimo Alejandro Fernández y hasta el 90s Pop Tour, muestra clara de que esa lana se tiene que mover para pagar lo costoso de las producciones.

También es importante considerar, que el año antrante no pinta bien en materia de patrocinios para los promotores de conciertos ya que varios patrocinadores temen que sus inversiones millonarias no regresen en los eventos públicos a través del consumo, pues por ejemplo la gente ha dejado de consumir cerveza y refresco en dichas presentaciones y se está analizando -incluso- dejar de patrocinar festivales.

En este rubro también el Estado toma una participación importante, pues desde el inicio de esta administración, los recursos se limitaron, la lana que apoyaba estos movimientos no se sabe dónde está y al final los empresarios se están aventando el tiro solos.

Se avecinan pues, tiempos difíciles y si los promotores en México no encuentran una salida óptima será el público quien termine pagando los platos rotos. Por hoy es todo nos leemos la próxima aquí donde quizá hablemos de ti

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